Cosas que desconocías del aguacate... hasta el nombre

18.05.2013 00:07

 

Tiene forma ovoide y no son huevos;

Significa testículo en náhuatl y no son genitales

 

El lugar donde vive mide casi 19 metros y posee distintas nacionalidades: mexicana, colombiana y guatemalteca. Además, es duro por dentro y puede ser suave o rugoso por fuera.

El misterioso personaje es el aguacate, fruto perteneciente a la familia de las lauráceas y ha tenido gran fama a nivel mundial gracias a la cocina mexicana, en especial al guacamole. La historia de este singular alimento, el cual equivocadamente se le ha llamado verdura, comienza en el año 10,000 A.C en una cueva de Coxcotlán, Puebla, donde se han encontrado vestigios de consumo de ahuacatl.

La cultura maya cultivó las semillas de Persea Americana; lo hizo parte de su dieta alimenticia, junto con otros productos como el maíz, la calabaza y el camote. También los aztecas lo utilizaban como afrodisiacos y además existía una región llamada Ahuacatlan, que significa “lugar donde abunda el aguacate”.

El Códice Mendocino (1540) muestra el jeroglífico compuesto por Ahucacahuitl y un calli; forma un árbol con dentadura y un símbolo de que ese lugar es un poblado. En la cultura totonaca, se le conocía como cucata al aguacate y en la región purépecha se le llamó cupanda.

En el imperio inca, el ahuacatl era parte de los ritos ceremoniales como el bautismo; un brujo se sentaba bajo el árbol del “aguacate sagrado”. En esta misma civilización, se encontraron restos de este fruto en entierros hasta el año 750 A.C. Fue uno de los productos más demandados en Mesoamérica.
El Códice Florentino escrito por Fray Bernardino de Sagahún, describe tres variedades de aguacate: “aoacatl” o Persea americana drymifolia (perteneciente a México); “tlacacolaocatl” o Persea americana americana (proveniente de las Antillas) y “quilaoacatl” o Persea americana guatemalensis (de Guatemala).

En la época colonial, se publicaron las primeras explicaciones sobre el sabor del fruto. Martín Fernández de Enciso en el libro Suma de Geografía (Sevilla, 1519) relata de forma apetecible a qué sabe la cucata: “lo que hay dentro es como mantequilla, tiene un sabor delicioso y deja un gusto tan blando y tan bueno que es maravilloso”. ¡Y eso que todavía no se mezclaba con platillos como las tortas, las quesadillas y los tacos!

En 1600, el aguacate llega a España con el nombre de Pera de las Antillas y se distribuye en 1700 en las Islas Canarias gracias a los cultivos del Jardín Botánico de Orotava, España; se volvió conocido mundialmente. Ya en el siglo XIX, el avocado sería popular en Francia, Brasil, India y Argelia, donde se construyó el Jardín Botánico de Amman. En el siglo XX, el bloque comunista encabezado por la entonces Unión Soviética, hizo plantaciones aguacateras a las orillas del Mar Negro. En una región más calurosa, Israel hacía sus primeros intentos de obtener Persea americana.

Actualmente, el mayor productor de aguacates a nivel mundial es México (54% del mercado internacional), gracias a los cultivos del estado de Michoacán (80% de la producción nacional). Además, el ahuacatl viaja a países como Estados Unidos e Indonesia.

La industria del fruto colgante no sólo se enfoca a la alimentación. El árbol donde nace se emplea en el rubro de los cosméticos y los medicamentos; hay tratamientos para el cabello, rímel, mascarillas faciales, jabones y hasta lociones. En ellas, también se aprovechan los nutrimentos que el acompañante fiel del mexicano en sus comidas tiene: vitamina A, B1, C, E, calcio, magnesio, hierro, y zinc.  Por su sabor, historia y variedad de uso, el aguacate siempre será el consentido en la mesa de las familias de México y el mundo.